Ensayo Periodístico Nº2 - Johanna Cecotti Guglielmino


Estados Unidos
Golpe a golpe

La potencia norteamericana, para mantenerse como tal, a lo largo del siglo XX y de este que está en curso, ha optado por organizar o avalar golpes de Estado para desestabilizar a los gobiernos legítimos latinoamericanos que no adhieren a sus ideas. Prueba de ello son los sucesos ocurridos en la República Bolivariana de Venezuela en abril de 2002 y lo que hoy ocurre en la República de Honduras.


Documentos demuestran que durante la década de los 70 del siglo pasado, Estados Unidos ha sido artífice, con el denominado Plan Cóndor, de los golpes de Estado que se pergeñaron en varios países de América Latina. La tendencia del gigante norteamericano de intervenir y de desestabilizar gobiernos legítimos para impedir el avance del comunismo y el socialismo en la región e imponer su idea de democracia, aun no ha cesado. Muestra de ello son los sucesos ocurridos en Venezuela en abril de 2002 y en Honduras en la actualidad.
Corrían los primeros meses de 2002. Al tiempo en que nuestro país atravesaba una fuerte crisis económica y tenía a Eduardo Duhalde como presidente interino, en el norte de América
mantenían reuniones altos funcionarios del entonces presidente Bush y una esfera opositora al chavismo. ¿Con qué fin? Con el de remover al presidente venezolano de su cargo para impedir que un nuevo mapa político se dibuje en la región. Para ello, el Fondo Nacional para la Democracia de Estados Unidos (NED por sus siglas en inglés), desde 2001 enviaba dinero a los sectores que estaban enfrentados al gobierno de la República Bolivariana de Venezuela. De este modo, el 11 de abril financiaron y concretaron su tan ansiado (aunque breve) golpe de Estado.



Manuel Zelaya y Hugo Chávez

La vinculación de los Estados Unidos con la situación actual de la República de Honduras es más evidente. Hace ya medio siglo que militares norteamericanos ocupan la base Soto Cano en Palmerola. Ellos fueron quienes sacaron del palacio presidencial a Manuel Zelaya por la fuerza, en pijamas y, así como estaba, lo subieron a un avión y lo dejaron en Costa Rica. Este accionar estuvo coordinado por el embajador Hugo Llorens, junto con el subsecretario de Estado Thomas Shannon y John Negroponte, quien trabaja actualmente como asesor de la secretaria de Estado Hillary Clinton. Incluso, en un discurso que la esposa del ex presidente enunció el día del golpe, no reconoció a lo sucedido como tal ni tampoco exigió la restitución del presidente Zelaya en el poder.

La figura del abogado Lanny Davis también da cuenta del vínculo de los Estados Unidos con la crisis que está viviendo hoy el país centroamericano. Él fue contratado por la sede hondureña del Consejo de Empresarios de América Latina (CEAL) para hacer lobby a favor del gobierno de facto y convencer a los poderes de Washington de que deben aceptarlo y reconocerlo. Davis fue abogado del ex presidente Bill Clinton cuando estaba en la Casa Blanca y es un conocido asesor de su esposa. El abogado está organizando una ofensiva diplomática y mediática a favor de quienes destituyeron a Zelaya, como así también reuniones entre los representantes hondureños y diferentes congresistas, senadores y funcionarios del gobierno de Estados Unidos.
Abogado Lanny Davis

Independiente de que uno adhiera o no a lo que propone Chávez en Venezuela o a las políticas que venía implementando en Honduras Manuel Zelaya, Estados Unidos ni ningún país tienen derecho a intervenirlo, a violentarlo. ¿Cuándo llegará el momento en que la potencia norteamericana comprenda que en el mundo coexisten también otras formas de pensar, otras culturas, otras creencias, más que la suya?


Apartado
El golpe fallido
Un puñado de altos mandos militares se sumó a la conspiración encabezada por la cámara empresarial Fedecámaras y la cúpula de la Central de Trabajadores de Venezuela (CTV). Éstos se impusieron sin combate sobre el conjunto de la Fuerza Armada Nacional (FAN) y arrancaron a Chávez del Palacio de Miraflores el 11 de abril de 2002, sosteniendo que el mandatario había renunciado a su cargo. Al día siguiente, el titular de Fedecámaras fue designado presidente por la cúpula militar que encabezó la asonada. Pedro Carmona Estanca anunció la destitución de gobernadores y alcaldes. También clausuró la Asamblea Nacional y borró de un plumazo el paquete de leyes —entre ellas, la ley de tierras, la de pesca, la de defensa de la propiedad y el control de los hidrocarburos, que en diciembre de 2001 había trazado el límite aceptable para la jefatura opositora—. Además, anuló las relaciones económicas con Cuba y hasta cambió el nombre de la República: Venezuela ya no era más “Bolivariana”. Tras implementar estas políticas, el FMI anunció públicamente su disposición de extenderle una línea de créditos, inmediata y tan abultada como fuese necesaria. El pueblo le dijo NO al golpe y Chávez retornó a Miraflores en la madrugada del 14.


Johanna Cecotti Guglielmino


Bibliografía consultada:


Golpe de Estado en Venezuela:
BILBAO, Luis (2003) "Chávez. Después del golpe y el sabotaje petrolero". Buenos Aires: Capital Intelectual.

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