Ensayo Periodístico N° 3 - Grupal


En busca de una comunicación integradora



“Comunicación es una calle ancha y abierta.
Se cruza con compromiso y hace esquina
en Comunidad.”

Mario Kaplún
Comunicólogo, Uruguay




Nuevas formas de pensar la comunicación
Inmersos en el mundo de la información, comunicamos continuamente y vivimos supeditados a las agendas y decisiones de los grandes medios. Pero cuando el acceso y la participación no es para todos, se abre la búsqueda de nuevos espacios, de nuevos modos de usar la voz en un mundo mediático donde una de las formas más peligrosas de discriminación es la exclusión.
Como bien afirma María Cristina Mata: “Si volvemos la mirada a la estructura comunicativa de nuestras sociedades, a esa trama de discursos que diferentes sectores pueden articular públicamente, advertimos la no actualización de una serie de hablas, que remite necesariamente a la exclusión de unos hablantes. Mientras unos sectores pueden desplegar sus discursos ante el conjunto de la sociedad en distintos espacios y oportunidades, hecho que los cohesiona, los legitima y consecuentemente contribuye a conferirles poder; otros sectores carecen de esa posibilidad. Y lo que es más grave aún, impedidos históricamente de participar en la producción del discurso público, no llegan siquiera a reivindicar su legítimo derecho a hacerlo, no alcanzan a reconocer su capacidad de hacerlo, internalizando de tal suerte su exclusión y naturalizándola, dificultando su intelección como parte de la exclusión económica, social y cultural que padecen.”[1]

Es por ello que, para cambiar dicho papel, una nueva forma de comunicar se hace presente, una práctica destinada a promover una visión alternativa de los medios de comunicación, una nueva manera de pensarlos no sólo como formadores de opinión sino como constructores de subjetividades y valores directamente vinculados a las prácticas culturales existentes. Es en este marco donde lo que conocemos como comunicación comunitaria, alternativa o popular aparece como una opción a los medios masivos de comunicación. Esta forma alternativa, comunitaria y popular, funciona como una herramienta democratizadora de la sociedad y, en general, está comprometida con la defensa de los derechos de los hombres, comenzando por el derecho a pensar y a expresarse libremente.


Son las mismas comunidades las que dan origen a esta forma de comunicar cuando sienten la necesidad de abandonar el lugar de sujetos pasivos de información para convertirse en protagonistas, generadores y portadores de su propia cultura. Y muchas veces son estos medios las únicas posibilidades y herramientas para hacer oír su voz allí donde la necesidad golpea.

Los medios comunitarios, alternativos o populares son un lugar de convergencia, donde la sociedad aprende a apropiarse de las innumerables herramientas que la comunicación posee y las utiliza para poder expresar sus propias preocupaciones, necesidades y deseos. Estos medios, facilitan su espacio para que se escuche la voz de aquellos que no la tienen en los grandes medios de comunicación. Es por eso que debemos entenderlos como instrumentos para la transformación social, a través de un proceso de socialización y democratización de la comunicación. Se trata entonces de una nueva forma de pensar la misma, utilizando los medios hechos por la comunidad, para la comunidad y sobre la comunidad.

Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual: ¿Qué lugar ocupan en ella los medios comunitarios, alternativos y populares?
El 10 de octubre se sancionó y promulgó la nueva ley que regulará los medios de comunicación audiovisuales. En su Artículo 21º, la Ley 26.522 establece tres tipos de prestadores de servicios: de gestión estatal, de gestión privada con fines de lucro y de gestión privada sin fines de lucro. Dentro de esta última categoría, están contenidos todos aquellos medios comunitarios, alternativos, populares, ONGs, sindicatos, asociaciones, iglesias, fundaciones y cualquier otra organización que quiera obtener una licencia y no tenga como finalidad obtener ganancias.

Esta ley, que contó con una vasta cobertura de prensa en los últimos cuatro meses, posee artículos que perfeccionan a la anterior de Radiodifusión 22.285, pero todavía tiene puntos débiles. Nos referiremos a algunos de los planteados por los medios alternativos, comunitarios y populares.

Uno de los reclamos que éstos hacen es la falta de precisión en la figura que los contempla, es decir, la de personas jurídicas sin fines de lucro. Estos medios exigen que se los reconozca como actores con características, necesidades y responsabilidades específicas, por cumplir un rol político y social fundamental dentro de las comunidades en las que están insertos. Por eso, les resulta indefectible que la ley cuente con una tipología de licenciatario precisa que los contenga y, de esta forma, logren un desarrollo satisfactorio de sus actividades.

Otro punto necesario en el análisis es el Artículo 89º inciso F donde se les reserva un 33% del espectro radioeléctrico a las personas de existencia ideal sin fines de lucro.
Tomando como base el
documento con los aportes que la Red Nacional de Medios Alternativos (RMNA) hizo al entonces Proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y siguiendo la argumentación antes dada, podemos decir que es inverosímil la igualdad de oportunidades en el acceso a las licencias dentro del 33% proporcionado a las personas jurídicas sin fines de lucro, ya que los medios alternativos, populares y comunitarios tendrían que competir por una licencia con corporaciones sindicales, iglesias, fundaciones, que poseen características y objetivos completamente distintos. Y en caso de que obtuvieran dicha licencia, ¿cuántos podrían realmente contar con equipos y financiamiento para iniciar su propio medio?

Los puntos anteriormente mencionados necesariamente deberían ser revisados para garantizar de manera efectiva una comunicación democrática, en la que estén incluidos con igualdad de posibilidades todos aquellos que quieran difundir sus ideas. El Artículo 2º de esta nueva Ley de Medios enuncia: “La actividad realizada por los servicios de comunicación audiovisual se considera una actividad de interés público, de carácter fundamental para el desarrollo sociocultural de la población por el que se exterioriza el derecho humano inalienable de expresar, recibir, difundir e investigar informaciones, ideas y opiniones”. El derecho a la libertad de pensamiento y expresión también está avalado por el Artículo 13º del Pacto de San José de Costa Rica[2], pero por sobre todas las cosas, la libertad de expresión es un derecho humano (Artículo 19º, Declaración Universal de los Derechos Humanos) y debe ser respetado como tal. Una forma de hacerlo es propiciando las condiciones necesarias para que todos podamos acceder a infraestructura, tecnología y normativas pertinentes para poder comunicarnos.


Con sus defectos y virtudes, la ley está. Sin lugar a dudas, es momento de que todos y cada uno de los argentinos breguemos para que esta Ley, superadora, se reglamente como corresponde; que sea la misma sociedad civil la que participe en este nuevo proceso. Una lucha de años que se ha concretado por el esfuerzo de muchos colectivos de trabajos, de muchos sujetos y actores de la sociedad. Una nueva lucha que recién comienza. Una Argentina inédita, un momento histórico, un presente donde se puede ver un futuro soñado posible; un país distinto.

Ana Paula Carreras
Johanna Cecotti Guglielmino
María Eugenia Crovetto
María Victoria Rosetti Garro

__________________

[1] Mata, María Cristina. Citada en Centro Nueva Tierra. Comunicación Popular: Nuevos Desafíos. p. 19.

[2] Al cual adherimos en el Artículo 75, inciso 22 de la Costitución Nacional Argentina.


Informe: Los Medios Comunitarios, Alternativos y Populares en la nueva Ley (producción grupal)



Ficha técnica
Guión: Ana Paula Carreras, Johanna Cecotti Guglielmino, María Victoria Rosetti Garro.
Locución: Ana Paula Carreras y María Victoria Rosetti Garro
Edición: Ana Paula Carreras


Informe: De la Ley de Radiodifusión a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual
(producción grupal)





Ficha técnica
Guión: María Eugenia Crovetto
Locución: Johanna Cecotti Guglielmino y María Eugenia Crovetto.
Edición: Ana Paula Carreras y María Eugenia Crovetto



Información Extra!

Entrevista a Gabriel Sarfatti






Versión escrita bajarla acá


Algunos sitios interesantes para consultar:

Coalición por una Radiodifusión
Democrática


FARCO (Foro Argentino de Radios Comunitarias)


RNMA (Red Nacional de Medios Alternativos)


Ahora Dicen (Blog sobre cuestiones actuales de los medios, con una mirada crítica y diferente)


Ley de Medios: Cinco publicidades más paranoicas que las de TN
Video perpetrado a partir de cinco spots de audio realizados por estudiantes de Radio de la Universidad Nacional de Rosario. Éstos y otros spots se pueden escuchar haciendo click acá.






Algunos Spots que se difundieron para la sanción de una nueva Ley:
La información es poder - Red Nacional de Medios Alternativos





Queremos la Ley - Red Nacional de Medios Alternativos





Los Medios son un espacio de participación - Red Nacional de Medios Alternativos






Fabiana Arencibia - Opinión y Propuestas de la Red Nacional de Medios Alternativos ante el Proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual






Algunas noticias interesantes publicadas en FARCO:







Ensayo Periodístico N° 2 - Ana Paula Carreras


Primero Venezuela, luego Honduras:
Cuando lo que se golpea es la libertad de expresión...





“Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.”
Artículo 19, Declaración Universal de Derechos Humanos


Vivimos en una sociedad mediatizada, la sociedad de la información, donde los medios de comunicación cumplen un papel central en la construcción de las subjetividades. No es menor que hoy se atribuya a la prensa la expresión de “cuarto poder”, ya que el tremendo impacto que los medios tienen en las autopistas de información de la aldea global es realmente poderoso, pues manipulan el consciente y subconsciente colectivo de la sociedad. Pero, ¿qué ocurre cuando ese poder es utilizado para tergiversar la realidad? ¿Qué pasa cuando el engaño confunde las percepciones?


Todos tenemos derecho a informarnos e informar, gozamos de libertad de expresión, pero en tiempos agitados como cuando irrumpe un golpe de Estado en una sociedad y la democracia se ve quebrantada, la censura brota por distintos canales. Pero también es cierto que, desde otra óptica, la manipulación mediática entra a jugar un papel protagónico que puede acarrear consecuencias sumamente graves. En muchas ocasiones se censura a los medios de comunicación, pero en otras tantas, son los mismos medios quienes censuran. ¿Por qué no pensar incluso que muchas veces son ellos mismos los que encienden la llama de la agitación social? Podríamos hablar entonces no sólo de golpes de Estado, sino además de golpes mediáticos, y no porque llevemos en alto banderas chavistas, sino porque no es la primera vez que los hechos hablan por sí solos. Sin ir más lejos, tomemos dos casos particulares y vinculados al mismo tiempo… Venezuela y Honduras.

El 11 de abril de 2002 tuvo lugar el golpe de Estado en Venezuela que intentó derrocar al presidente constitucional Hugo Chávez. Tras una seguidilla de protestas asociadas a conflictos sindicales con los trabajadores petroleros, ciertos cuestionamientos al gobierno provenientes del sector privado como así también a la baja de la popularidad de Chávez, se produjo durante tres días una huelga general convocada por Fedecámaras que concluyó en el Palacio de Gobierno situado en Miraflores (Caracas), donde se toparon manifestantes chavistas y opositores. Así comenzaron una serie de disturbios muy fuertes que llegaron a ocasionar la muerte de algunos manifestantes. Sin bien no se sabe quién inició el tiroteo, al día siguiente los militares opositores a Chávez tomaron el poder, imponiendo en su lugar al presidente de Fedecámaras, Pedro Carmona Estanga. Pero ello no terminaría allí, los manifestantes que simpatizaban por Chávez llevaron adelante fuertes protestas que sumadas a ciertas presiones internacionales de países que no aceptaron a Carmona, lograron que en la madrugada del 14 de abril Chávez recuperara la presidencia de Venezuela.

Dos versiones se manejaban mientras tanto, la de los medios privados que negaban el golpe al mismo tiempo que lo apoyaban, argumentando que se había producido un vacío de poder con una supuesta renuncia del presidente y, por otro lado, la de los medios estatales, que sólo hasta la vuelta de Chávez, pudieron mostrar la veracidad de lo ocurrido.

Como sostuvo en ese entonces Hugo Chávez, sí puede hablarse de golpe mediático en la medida en que se reconoció la gran responsabilidad de los medios privados de comunicación en el desarrollo de este golpe, porque no sólo lo alentaron sino que además censuraron información comprometida, desde el momento en que, por ejemplo, manipularon imágenes tomadas durante los enfrentamientos de los manifestantes (Ver Sucesos de Puente Llaguno). Y, desde el otro extremo, los medios de comunicación alternativos que siempre se ven golpeados por la censura, ofrecieron en ese entonces información un tanto más imparcial, considerando que posiblemente tras el golpe, estos serían utilizados por los chavistas para transmitir una cronología de los hechos.

De manera similar, el reciente golpe de Honduras, también pone en tela de juicio el papel de los medios en situaciones como éstas. Para la periodista y miembro del Consejo de Comunicadoras y Comunicadores Socialistas, Mari Pili Hernández, la democracia en Honduras fue la primera baja que logró el golpe de Estado y la segunda víctima fue la libertad de expresión, que se reforzó con la conducta antiética y mentirosa de CNN, en el ámbito mundial, y de Globovisión y otros medios privados en Venezuela. “CNN cambió su línea editorial en forma increíble (…)”, dijo Hernández, durante la entrevista que concedió junto al internacionalista Raimundo Kabchi al programa Despertó Venezuela, en VTV. Hernández recordó que en las primeras horas del Golpe, la cadena internacional informaba de manera imparcial y después del mediodía cambió “de manera vergonzosa”.

Sumado a ello, Raimundo Kabchi dijo que el triste papel de los medios de derecha en el mundo, justificando el golpe en Honduras y mintiendo sobre las barbaridades que cometen contra ese pueblo y los derechos humanos, “no son menos que los bombardeos contra Gaza o el Líbano”.


Con opiniones de Eva Golinger y abundante material gráfico que demuestra el comportamiento de CNN en Español, Patria Grande muestra cómo CNN le dio apoyo a los golpistas en Honduras.


Recordemos además que no sólo ese punto es importante sino que también sería imposible no aludir a las acciones deplorables que algunos canales sufrieron por parte del gobierno militar hondureño, desde el momento no sólo que se les negó la transmisión de los acontecimientos que allí ocurrían, sino también llegando al extremo de incautarles los equipos y detener a los periodistas para negarles llevar adelante su trabajo. Si esto no es censura, ¿de qué estamos hablando?

Pero no todo es negativo señores, estamos en el siglo XXI, y si bien los monopolios mediáticos manejan las agendas, hoy los grandes medios no son los únicos disponibles para hacer circular la información. Hay espacios alternativos que aunque son los más atacados en momentos como estos, son la esperanza que le queda a Latinoamérica para no dormirse y convertirse en carnada de los poderosos de arriba.

Ana Paula Carreras


Material interesante para consultar:

Acerca del Golpe de Estado en Venezuela

Agencia Púlsar, agencia informativa de AMARC ALC, Cobertura especial del golpe de Honduras (incluye audios muy interesantes)


Globovisión, el canal de televisión máximo exponente del golpismo y de los medios de comunicación golpistas venezolanos, también apoya el golpe militar en Honduras, la dictadura hondureña y al dictador y empresario mediático Roberto Micheletti. Cualquier semejanza con el golpe del 11 de abril de 2002 en Venezuela, es pura coincidencia.




Con la expulsión de los equipos de VTV y teleSUR, el gobierno de facto de Honduras amplió el cerco mediático en ese país centroamericano.



Honduras - Golpe de Estado y los Medios de Comunicación...


Ensayo Periodístico Nº2 Victoria Rosetti Garro


Casos Venezuela y Honduras

Receta para un perfecto Golpe de Estado


Por más que nos pese, hablar de golpes de Estado en América Latina no es una vieja historia. A través de los años, se han sucedido aleatoriamente tanto gobiernos democráticos como dictatoriales en todos y cada uno de los países latinoamericanos. Tomando como ejemplo los casos de Venezuela y Honduras, la propuesta es dilucidar algunas particularidades que comparten ambos golpes.



Los hechos

República Bolivariana de Venezuela, abril de 2002. El 12 de abril el presidente legítimamente electo en 1998, Hugo Chávez, sufrió el primer Golpe de Estado del siglo XXI. Este atentado contra la constitucionalidad, tuvo como principal responsable a Fedecámaras, importante organización patronal del país. Cómplices, los medios de comunicación privados anunciaron que Chávez había renunciado a su cargo y que Pedro Carmona Estanga, empresario y presidente de la federación patronal hasta ese momento, asumiría la conducción del país. Entre los que apoyaron el golpe estuvieron: sectores militares, cívicos y económicos opositores al chavismo, la Iglesia, los medios de comunicación privados y altos funcionarios del presidente norteamericano George W. Bush.


República de Honduras, junio de 2009. El 28 de junio, el también legítimo presidente electo en 2005, Manuel Zelaya, fue forzado a abandonar el palacio presidencial por un grupo de militares golpistas y trasladado a Costa Rica. La nueva conducción del país la asumió el empresario y presidente del Congreso, Roberto Micheletti. Medios, Iglesia, militares y grupos de extrema derecha de los Estados Unidos, fueron coautores y partícipes de este atentado contra Zelaya.


En el caso de Venezuela, los problemas comenzaron cuando en noviembre de 2001, Chávez aprobó un paquete de leyes que reivindicaban los derechos del pueblo venezolano en sectores críticos como el agrario, el pesquero y el energético. El contenido de esas leyes enfureció al sector empresarial que no se vio beneficiado con la nueva legislación, y organizó un paro patronal con el apoyo de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV). La situación empeoró cuando altos ejecutivos de Petróleos de Venezuela SA (PDVSA), se negaron a reconocer la nueva Junta Directiva que el gobierno había designado por ley. A partir de entonces, una serie paros y huelgas desembocaron en los trágicos sucesos de abril de 2002.


Los problemas para Manuel Zelaya, comenzaron cuando este hondureño de familia acomodada y con formación elitista y refinada, inició políticas de gobierno que ya no favorecieron a los pequeños y poderosas grupos que monopolizan el 90 por ciento de las riquezas del país, sino que atendieron a las necesidades más urgentes del pueblo. La gota que derramó el vaso, fue la intensión del gobierno de agregar una urna más en las elecciones del 28 de junio, con el objetivo de consultarle a la población sobre convocar a una Asamblea General Constituyente. El porqué de la Asamblea sería tratar una futura reforma de la Constitución. Esto, sumado al acercamiento que estaba mostrando Zelaya con el presidente venezolano y su Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe (ALBA), hizo que por séptima vez se rompiera con un gobierno democrático en la República de Honduras.



Qué no le puede faltar a un golpe de estado en Latinoamérica

Aunque los desencadenantes para la transgresión de los derechos constitucionales difieran, es fácil vislumbrar las similitudes existentes entre los actores políticos participantes, los intereses económicos que se persiguen, la injerencia extranjera con clara inclinación a favorecer sus negocios en la región y, como siempre en estos casos, el eterno perdedor en esta puja incesante de poderes: el pueblo. Esto sucedió con Hugo Chávez en la Venezuela de 2002 y con Manuel Zelaya en la Honduras de nuestros días.


Pasando en limpio, acá les dejo la receta para preparar un perfecto golpe de estado en nuestra América Latina: adquiera un presidente electo y fuércelo a abandonar su legítimo cargo; agréguele una pizca de empresario con gran poder económico e influencia política dispuesto a autoproclamarse como nuevo primer mandatario; asegúrese de sazonar con bastante apoyo norteamericano y una buena porción de militares; mezcle discursos de legalidad y democratización, a gusto; espolvoree con la bendición de los sectores conservadores y eclesiásticos; como consejo, nunca olvide que es de vital importancia para su preparado, que lo que esté haciendo sea de gusto y agrado del paladar de los medios masivos de comunicación, así logrará mayor consenso entre los comensales y su éxito estará garantizado. Por último, una vez obtenida la masa (el descontento popular necesario y el apoyo económico-político suficiente), usted obtendrá un país democrático herido de muerte ¡listo para hornear!, es decir, ¡listo para golpear!