Ensayo Periodístico - Ma. Eugenia Crovetto

Honduras: un país que no se calla
La voz de los Catrachos

“Por guardar ese emblema divino
Marcharemos Oh, patria! A la muerte;
Generosa será nuestra suerte
Si morimos pensando en tu amor.
Defendiendo tu santa bandera,
Y en tus pliegues gloriosos cubiertos,
Serán muchos, Honduras, tus muertos,
¡pero todos caerán con honor!”
(VII párrafo del Himno Nacional de Honduras) *1




Era domingo, el alba de la mañana hondureña estaba a punto de dejar paso al sol, el presidente de ese país centroamericano estaba convencido de que ese 28 de junio su pueblo iba a escribir una nueva página en la historia de Honduras, votando a favor de una cuarta urna que desembocase en una asamblea constituyente basada en la democracia participativa, que diera realmente y sin límites todo el poder al pueblo. José Manuel Zelaya Rosales, que durante el día anterior dio por finalizados los problemas que tuvo con parte de su gobierno, se vio sorprendido cuando, doscientos militares allanaron su casa violentamente, llevándolo hasta Costa Rica. Quedó claro, desde el primer momento, que lo que habían hecho era parte de un plan muy bien trazado.Hay signos evidentes de que están implementando en forma sistemática y muy agresiva el manual de la doctrina de la seguridad nacional que tan bien les funcionó en el pasado. Ha habido muchos secuestros y desapariciones de dirigentes de organizaciones populares.
La dictadura le resta importancia a que está siendo repudiada en todo del mundo, que ha sido condenada y deslegitimada por todos los foros mundiales, que todos los países de América y Europa están retirando a sus embajadores de Tegucigalpa, que Guatemala, Nicaragua y el Salvador han cerrado sus fronteras terrestres con Honduras, que el BID, el FMI y el BM están congelando los fondos internacionales de Honduras. Pero aun con todo esto dicen que se mantendrán firmes. Silenciados, amenazados, maltratados. Sin embargo, la voz de los Catrachos (Xatruchos) se hace oír en todos los países. La responsabilidad de que Honduras recupere su libertad, para que el pueblo hermano restituya la democracia es una tarea de todos, pero más aún de los países del centro y del sur de América. Todos víctimas de terribles dictaduras.
Allá, a mediados de 1880, la lucha de los Catrachos ya había comenzado. Cuando los “filibusteros” norteamericanos intentaron apoderarse del territorio de Nicaragua. El objetivo era restablecer la esclavitud en los países centroamericanos. Ante esta situación cinco países decidieron unirse para enfrentarse contra las políticas invasoras. Guatemala, Nicaragua, El Salvador, Honduras y Costa Rica dejaron de lado sus diferencias políticas para defender la región.
Durante las sangrientas batallas libradas en este conflicto armado, los hondureños dieron muestra de gran valor. Fueron más de trescientos los hombres que lucharon comandados por el General Florencio Xatruch.
“Ahí vienen los catrachos”, decían los nicaragüenses cuando las tropas regresaron. Los hondureños fueron recibidos como héroes ya que habían recuperado gran parte del territorio de Nicaragua.
Han pasado casi tres meses del golpe de estado en Honduras. El pueblo hondureño no hizo más que organizarse y unirse para encauzar las protestas, mantenerlas y acrecentarlas. Con ese objetivo se creó en las horas siguientes al golpe el Frente de Resistencia Popular, integrado por las tres Centrales Obreras existentes en Honduras, el Sindicato de Taxistas, los sindicatos magisteriales del país, la mayor organización de campesinos hondureña Vía Campesina, y el único partido de izquierdas en Honduras Unificación Democrática. Desde el primer día el Frente tuvo claro que los objetivos de su lucha eran restituir al presidente Zelaya en su cargo, juzgar a los golpistas y sobre todo, llevar adelante las elecciones que fueron interrumpidas por el golpe de estado. También está claro cuál es la forma de conseguirlo: pacíficamente.



1) El Himno Nacional de Honduras surgió a raíz de un concurso convocado en 1904 por el presidente de la República Manuel Bonilla. Sin embargo, no se formalizó hasta 1915 durante el gobierno de Alberto Membreño. Escrito por Augusto C. Coello y puesta la música por el compositor de origen alemán Carlos Hartling. Musicalmente el himno consta de un coro y siete estrofas, estas últimas comprenden una composición poética de los acontecimientos históricos por los que ha pasado el país. Desde la época precolombina hasta la independencia, pasando por el descubrimiento, conquista y la colonización.


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